Los hechos ocurrieron cuando Charles Baker, de 26 años, tuvo que ser reducido a la fuerza por la policía después de irrumpir en casa de su novia y arrancarle un pedazo del bicep a un individuo que trató de detenerlo.
Cerca de las diez de la noche, Baker entró al lugar donde viven su novia y sus hijos. Según los reportes, el hombre se econtraba bajo los efectos de una sustancia desconocida, y se introdujo en la vivienda forma violenta. Mientras se quitaba la ropa desesperadamente maldecía y gritaba, lanzando los muebles a su alrededor.
Jeffrey Blake, de 48 años, otro residente de la casa, trató de contener Baker, pero éste lo enfrentó y lo mordió "tomando un trozo de carne de su bíceps izquierdo", según se reseñó en el informe del arresto.
Aún con parte de su brazo ya masticado, Blake fue capaz de contener a Baker en el suelo hasta que llegaron varios oficiales del Condado de Manatee. A su llegada Blake soltó a Baker, pero este último no quiso cumplir con las exigencias de los agentes del orden y continúo gritando y amenzando con los puños apretados.
Fue entonces cuando uno de los policías sacó su pistola eléctrica. Baker recibió un disparo con el Taser, pero se levantó de nuevo, y el oficial lo volvió a disparar por segunda vez. Sin embargo, Baker, parecía no sentir los shocks eléctricos y un segundo oficial debió intervenir, pero el hombre volvió a levantarse. Después del cuarto disparo, la policía finalmente pudo controlarlo.
Este ataque es el tercero que se reporta en Miami en menos de 30 día, luego de que un indigente fuera herido gravemente por un hombre que le destrozó parte del rostro con sus dientes. En el segundo caso, un sospechoso amenazó con "comerse" a dos policías e intentó morder a uno.
Las autoridades creen que en todas las oportunidades los atacantes actuaron bajo el efecto de una nueva droga bautizada como el "séptimo cielo", "Cloud 9" o "Ivory Wave".
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